miércoles, 25 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD!

"MINIPOESÍAS DE NAVIDAD"

Mons. Ramón Viloria
Operario Diocesano. Ocupado en el anuncio del Amor de Dios y en la Promoción de la Verdad y la Justicia.
Lunes, 23 de diciembre de 2013

"Minipoesías de Navidad"


Con mucho cariño, comparto estas "minipoesías"
(cada una es individual).

Nos pueden ayudar a ambientarnos espiritual y afectivamente a la celebración de la Navidad

Dichoso intercambio
sucede en la historia:
Dios toma mi nada,
me deja su Gloria.

Seno de María,
Belén más que santo,
lar que Dios ansía
para el hombre tanto.

Ángeles del cielo,
Pastores y Reyes,
Y yo unido a ellos
te dejo mis mieles.

El Niño nacido,
la Madre al cuidado,
inicia el camino
de hacer bueno al malo.

Traer paz al mundo,
hacernos hermanos,
trabajo fecundo,
del Dios humanado.

El llanto del Niño
divino nacido
redime la suerte
de los oprimidos.

San José y María,
más que embelesados,
contemplan felices,
al Niño adorado.
Y allí yo con ellos,
de amor traspasado,
con todo silencio,
estoy a su lado.

Dulce Dios infante,
que vienes radiante,
quiero mi amor darte.
¡Ven pronto, no tardes!

Un rayo divino
es el Dios nacido.
¡Da tu luz, te pido
a este oscuro nido!

La tristeza en gozo
Tú truecas triunfante,
y al hombre oprobioso
da el bien su rescate.

¡Qué débil el mal
que por Dios nacido,
Niño y en pañal,
es tan bien vencido!

¡Qué dulce la historia
del Dios humanado:
en el mundo, Gloria,
y el mal derrotado!

Serpiente vencida,
la Virgen triunfante,
pues su descendiente
para el triunfo nace.

¿Cómo no sentirme
infinito amado,
si te veo, Niño,
de amor encarnado?

¿Cómo verte, Niño,
sin querer amarte
si eres, Dios glorioso,
la ternura en carne?

Del cielo la puerta,
la Virgen María.
La maldad ya muerta,
y al mundo la Vida.

El hombre desnudo
muestra su deshonra.
El Dios Niño oculto
con amor lo adorna.

 Dios humillado,
Niño en pesebre,
Dios encarnado,
amor por siempre.

Sabor de cielo,
Dios de dulzura,
Niño se ha hecho,
mundo de cuna.

Niño querido,
Dios humanado,
por ti suspiro,
mi bien amado.

Cuánto es de alta
nuestra bajeza:
¡la Gloria santa
se hace vileza!

El Dios eterno
atado al tiempo:
de un Niño tierno
tomó su cuerpo.

Jesús, que yo aprenda,
que siga tu senda:
con el hombre, hombre,
con el pobre, pobre.

Del cielo a la tierra,
zénit del abismo,
la Gloria se queda,
obra del Dios mismo.

Señor bendito,
Dios encarnado,
nos amas, Niño,
de amor humano.

Hoy nuestra carne
se alza elevada:
Dios la hace grande,
la más amada.

Niño divino,
tierna criatura;
hazme tu amigo
con alma pura.

Gran intercambio
ha sucedido:
Dios da lo alto
yo lo caído.

Esperando tu venida,
dulcísimo Dios humanado,
mi corazón y mi vida
todo lo oscuro ha arrancado

¡Qué dulce la espera
del Dios hecho Niño!
Se alegra la tierra
haciéndose nido

Dulce y tierno Niño
de Dios su presencia;
del cielo camino
de amor y clemencia

¡Qué grande la tierra
que acoge al Dios Niño!
En carne pequeña
del cielo venido

¡Qué tierna la imagen
del Dios en pesebre!
Brazos de su Madre
que cuidan y quiere

Divino Niño Jesús
tomaste carne en María,
y dejaste en pulcritud
a toda esta carne mía

¡Cuánto es bella
nuestra historia!
¡Dios en ella
la hace gloria!

Tierno Niño,
Dios y hombre,
con cariño
te haces pobre

Niño lindo, tierno y frágil,
de Ti pido lo más fácil:
que en lo oscuro de la tierra
brilles puro cual estrella

Ven, mi tierno Dios Salvador,
elimina toda sombra.
Y que con tu luz de Sol
la Aurora añorada rompa

Toma mis tristezas,
Divino nacido,
te dejo mis penas,
por amor venido.
Cambia mi añoranza,
por tu carne amada,
toda en esperanza.

Dulce Jesús Niño,
sencillo y humilde,
Tú vienes al frío
y al dolor terrible.
Tu amor no lo impide
y el hombre lo exige.
         Y tu amor no mide...

Ramón José Viloria Pinzón a la/s 04:53
Lic. Mireya Urbina

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