Luego del Corazón de Jesús, celebramos al Dulce Corazón de María
Madre del Dios vivo, Madre del Dios Hijo, obediente, mansa al Padre...te venero, te admiro, te sigo...ruega a Dios porque pueda ser obediente siempre a su Trinidad Divina, como tú lo fuiste.
Ruega por nuestra liberación a mi familia, a mi hogar, a mi Iglesia, a mi país... libéranos de todo mal, toda acedía, todo estancamiento, toda ruina, toda esclavitud, toda falta de conversión, todo pecado, de toda miseria humana. Nunca dejes de suplicar por nosotros, Santa y dulce Madre del Dios de la Misericordia. Amén
Enviado desde mi dispositivo movil BlackBerry® de Digitel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario para nuestro Blog Divina Misericordia