martes, 22 de marzo de 2016

MARTES SANTO

Jesús ante Pilatos

MARTES SANTO:

Va Jesús esposado ante Pilatos, es enjuiciado, su cuerpo es condenado al dolor, al madero, latigado y dejado sin aliento.

Pero su santidad no puede ser mancillada. Su silencio muestra su señorío, se deja acusar, no se defiende. Se entrega como oveja mansa al esquilador solamente por nosotros.

Se comienza a cumplir lo que él mismo anunció: al que todos querían poner como Rey y le proclamaban, ahora callan, mientras los fariseos y el Sanedrín le acusan y señalan para eliminarlo, por temor a perder su poderío. El pueblo repite como loros ebrios, lo que dicen sus líderes, sin pensar, sin tener personalidad o consciencia. No se atreven a ir contra la corriente. Pilatos juzga según las mayorías poderosas, para no perder su popularidad y su cargo.

¡Hipócritas!. ¡Cuánta mezquindad vimos en esa sociedad, que aún seguimos presenciando y vemos a diario en las nuestras!.
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¡Oh, Jesús, tu amor por llevarme a tu Reino lo pagas con sangre y falsedad, por ello eres el Rey de mi alma, te pido que Reines en mí, has tu morada en mi corazón, revélame tus verdades, no dejes que te traicione mientras llego a tu Reino.
Por ello te digo...

En Tí...confío!.

"Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en el hombre".
Salmos 118:8

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